DE LA CABINA BIEN CONSERVADA

De las diversas tareas contempladas en el mantenimiento de un ascensor las que conciernen a la cabina deben considerar, en términos básicos, verificación de su funcionamiento, ajuste de sujeción, guiadores inferiores, deslizamiento sin roces ni excesivo juego en guías superiores e inferiores, apertura y cierre de puertas, limpieza de sus pisaderas, revisión de todos los pulsadores, iluminación y alarma de emergencia, llave o botón de parar; reparación de averías y sustitución de componentes desgastados, entre otras cosas.

Sea cual fuere su estética y su diseño, este habitáculo es la cara visible del elevador, un espacio de confort y seguridad (se supone: resistente a los impactos, ignífugo, luminoso y aireado…).

Mantenerlo en buenas condiciones resulta fundamental, en la medida en que constituye el área que ocupan los pasajeros mientras se desplaza el equipo y el «recinto» que, llegado el caso, habrá de contenerlos o resguardarlos, si por algún incidente el aparato se detuviera. Que esté bien conservado…