LA CÁMARA

UNA SÓLIDA TRAYECTORIA INSTITUCIONAL

La Cámara de Ascensores de Córdoba (C.A.C.) fue fundada el 20 de mayo de 1995 por iniciativa de pioneros del transporte vertical de esta Provincia que se animaron a iniciar un proceso llamado a perdurar sobre la base de principios irrenunciables. La entidad trazaría desde entonces una sólida trayectoria institucional, bregando porque empresas, técnicos y profesionales del sector garanticen calidad de servicios y el respeto por las normativas, en procura de elevar la seguridad de los usuarios de ascensores.

La C.A.C. alumbró en un año infortunado, en los días turbulentos de 1995, cuando esta provincia acusaba el impacto de la crisis financiera desatada por lo que se dio en llamar el «efecto tequila». La dura adversidad no impidió, sin embargo, avizorar nuevos horizontes, en la convicción de que, a pesar de los pesares, la forma de salir adelante pasaba por fortalecer, por lo pronto, el posicionamiento institucional, sin condescender a la estrechez de miras.

En virtud de los trabajos y la dedicación de sucesivas conducciones, la Cámara alcanzó el reconocimiento como referente inequívoco del transporte vertical.

MÚLTIPLES DESAFÍOS

A lo largo de veinticuatro años se afrontaron múltiples desafíos por abrir nuevos caminos, adaptarse a los cambios incesantes, sin perder las raíces, los valores que permanecen como una constante, señas de identidad de un proyecto en común. Uno y diverso, se dirá, pero cabal.

El esfuerzo compartido, cooperativo y solidario distinguió el espíritu de cuerpo de la CAC como entidad que representa intereses empresariales o sectoriales, es verdad, pero hermanando en sus propósitos las necesidades del mercado con la de los usuarios en procura de servicios seguros.

Han transcurrido poco menos que un cuarto de siglo: Córdoba y las ciudades del interior, si bien se mira, ya no son iguales a sí mismas. La expansión edilicia de la capital, por caso, ha sido notable y no lo es menos el hecho de que su crecimiento estuvo inescindiblemente asociado a la performance de los ascensores, sin cuyas prestaciones, se sabe, resultaría imposible construir en altura, con aprovechamiento en el uso intensivo de los espacios.

En rigor, sin los elevadores sería inviable la expansión de las ciudades (con sus alcances y limitaciones) en condiciones de habitabilidad confortable y en términos funcionales. Si se ha de cuantificar la relevancia del sector, baste con referir que en Córdoba se moviliza a diario 1.000.000 de personas en el transporte vertical, prácticamente el doble de las que se desplazan en colectivos urbanos y algo menos que en automóvil. Un segmento que, no por azar, se destaca al interior de la industria metalúrgica local.

CADENA DE VALOR

Conscientes de esa dimensión, fabricantes, instaladores y conservadores fueron agrupándose en torno de la Cámara, para aunar criterios, discrepar o disentir cuando fuere necesario, alentando normativas que garanticen solvencia técnica, idoneidad profesional y prestaciones seguras, en el marco de una cadena de valor en que todas y cada una de las partes resultan significativas para el resultado final de los productos y servicios.

La ordenanza 10.950, sancionada en 2005 y que establece disposiciones que “regulan la conservación, adecuación y tienen por finalidad la seguridad de las personas y/o bienes transportados a través de medios de circulación mecánica estacionaria”, ha sido una conquista institucional por cuyo pleno cumplimiento todavía la CAC aboga ante los poderes públicos. Debería ser una prioridad, y es sin duda una responsabilidad, de los distintos sectores involucrados en la vida consorcial.

A 24 años de aquel sueño institucional, redoblamos la apuesta de los fundadores en el propósito de que fabricantes, instaladores y conservadores se sientan identificados. Esto es: con pertenencia, respaldo corporativo y orientación hacia un crecimiento sustentable de la actividad, sobre la base de la solidez empresarial y la jerarquización profesional.

De ahí que cada 20 de mayo sea para la Cámara de Ascensores de Córdoba una celebración.