En materia de ascensores, cuanto más se promuevan acciones preventivas, tanto menos incidentes infortunados habrá que lamentar. La posibilidad de disminuir las contingencias peligrosas y, por lo tanto, las probabilidades de accidentes depende no sólo del buen uso del elevador, sino también del eficaz mantenimiento preventivo, correctivo y predictivo, lo mismo que de la oportuna modernización de los equipos.
Las tareas de conservación redundan en seguridad para los usuarios, destinatarios finales del transporte vertical, en la medida en que, bien realizadas, reducen considerablemente los riesgos de averías y desperfectos, de modo de garantizar el buen funcionamiento de los aparatos.