NI MONTACARGAS NI APAREJOS…

Por inverosímil que parezca, se ha instalado el concepto -temerario y erróneo- de «montacargas para personas». Sin ir más lejos, basta con recorrer un conocido espacio de compras, ventas, pagos y subastas por internet, para dar con «montapersonas» o «ascensores» (denominaciones igualadas en el anuncio, como si fueran lo mismo), presentados a la manera de un ropero o de un juego de living. Y, faltaba más, abundan quienes piden precios de los «productos» ofrecidos.

La confusión a que inducen algunos canales de comercialización es peligrosa. Tanto o más grave es el hecho de que sobre algún que otro montacargas en funcionamiento se aclare que «el ascensor» se encuentra en perfecto estado para su utilización.

Engrosan el inventario del despropósito «aparejos» y «malacates» para personas, «hechos por Carlitos, el herrero de la esquina, sin ningún tipo de seguridad, a veces hasta sin puertas; y encima le piden presupuestos», ha observado el Ing. Jorge Fazzito. 

Si se pretende elevar la seguridad de los ascensores y concientizar a los pasajeros acerca de su buen uso, de modo de reducir los riesgos, también habrá que poner las cosas en su lugar y llamarlas por su nombre inequívoco.