Aunque no rigiera el aislamiento social obligatorio, con sus consabidas exclusiones, el servicio de mantenimiento de ascensores es esencial. Lo es siempre, más allá de este o aquel decreto de necesidad y urgencia. Lo es en condiciones normales o de excepción. Frente a las dificultades planteadas en los consorcios por la pandemia del coronavirus, seamos considerados.
No llamemos a los conservadores por cualquier motivo, sino por causas verdaderamente necesarias o por urgencias. Que la prioridad para el pedido de asistencia técnica esté centrada en casos de personas encerradas, elevadores únicos descompuestos o con fallas graves y problemas en las bombas, si el edificio se quedara sin agua. Al fin de cuentas, lo esencial es la seguridad de todos.