Junio es, en la Argentina, el mes de los ingenieros: el 6, se celebra el Día de la Ingeniería, en homenaje a Luis Augusto Huergo, quien, en igual fecha pero de 1870, egresara del Departamento de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires como el primer ingeniero civil del país. El 16 de junio de cada año se celebra el Día del Ingeniero, para recordar la creación de la carrera de ingeniería, instituida en 1865 a través de esa unidad académica de la casa de altos estudios bonaerense. En rigor, el de hoy debería ser el día de «las» y «los» ingenieros, de esta o aquella especialidad, no ya sólo porque mujeres y hombres ostentan ese título sino también para hacer justicia al origen de las conmemoraciones.
Huergo era ingeniero civil; sin embargo, su figura representa a todas las ramas de una profesión que admite el plural de «ingenierías», ya que fundamentan su labor en las mismas ciencias de base. Los estudiantes de entonces debían fatigar el estudio de dieciocho materias, con un ostensible enfoque en matemática, dibujo técnico, mineralogía, geología y construcción.
No sin injusticia, la fecha olvida u omite a Elisa Beatriz Bachofen, la primera mujer argentina que se recibiera de ingeniera civil, en 1917. Si Huergo se destacó en obras hidráulicas, sobre todo en canalizaciones, Bachofen (nacida en Buenos Aires y fallecida en 1976) descolló en el ámbito de la tecnología industrial. Fue presidenta de la Comisión Técnica del Círculo de Inventores, presentó varias patentes y publicó la Guía del Inventor, que se reeditó en numerosas oportunidades.
Y bien: se dice «ingeniero» y es lícito inferir que se trata de mujeres y hombres no exentos de ingenio… Profesionales ingeniosos, dotados de esa cualidad, de manera que la Real Academia Española dirá que sus rasgos característicos consisten en «discurrir con ingenio las trazas y modos de conseguir o ejecutar una cosa».
No por azar, lo que distingue a ingenieras e ingenieros en el desarrollo de sus actividades, amén del conocimiento y la experiencia, es la capacidad de proponer soluciones innovadoras y alternativas a las convencionales, aun sin el requerimiento (quede claro) de ser inventores…
Fuera de las fechas consagradas, a las que adhiere por cierto la Cámara de Ascensores de Córdoba (CAC), celebremos también el ingenio.