Fuera del margen de azar probable en el funcionamiento de cualquier aparato electromecánico, la seguridad de un ascensor, si ha de valorarse realmente, dependerá, sobre todo, de dos factores controlables que se complementan para reducir las contingencias peligrosas:
* De las decisiones que adopten responsablemente, a conciencia, administradores de edificios, consorcistas, conservadores, representantes técnicos, organismos de control, entre otros, sobre lo que se debe hacer en términos técnicos y normativos.
* Del buen uso de los elevadores por parte de los pasajeros, quienes no deben minimizar, por desconocimiento o indiferencia, los riesgos que han de correr toda vez que actúen con imprudencia o descuido.