SOBRE EL BUEN USO DEL ASCENSOR

Fatigan la botonera, como si fuera un juego; abren y cierran las puertas con violencia, fuerzan las cerraduras electromecánicas, realizan movimientos bruscos o saltan en la cabina; arrancan los pasamanos, dañan los revestimientos, quiebran los espejos; apagan y reencienden las luces, o las rompen; exceden sin miramientos el límite de la capacidad máxima, hasta sobrecargarlo peligrosamente, para no hablar de la costumbre de arrojar basura en el hueco por donde sube y desciende, y así sucesivamente….


El buen uso del ascensor no se limita a los procedimientos pertinentes para ingresar o salir sin riesgos del aparato, o no cometer temerarias imprudencias. Las buenas prácticas incluyen la consideración de los pasajeros en el sentido de tratar bien el equipo, que no resiste tanto estropicio sin desbaratarse. Para no comprometer su funcionamiento o, peor aún, nuestra seguridad como usuarios, elevemos el respeto por el ascensor.