ASCENSORES Y COSTOS DE LA DESIDIA

Partamos de las probables consecuencias para llegar a la primera observación que debería ser una regla inquebrantable de la seguridad en materia de ascensores: el usuario final ha de ser quien pague (a veces con su propia vida, cuando los accidentes son fatales) los costos de una elección equivocada respecto de los servicios de mantenimiento, sea por desconocimiento inexcusable o, lo que es más grave, por desidia.