LA SEGURIDAD SUBE, SI LA CALIDAD NO BAJA

La seguridad de los ascensores puede ser considerada como la máxima reducción posible de riesgos o peligros. ¿Queremos elevarla a la altura de las circunstancias? La primera condición es que la calidad no baje. ¿Queremos que esa pretensión sea más que el enunciado de un buen propósito? Pues bien: que no quede librada sólo al denodado esfuerzo de los conservadores en un contexto de persistente inflación de costos.