SI NO SABES, NO LO INTENTES

SI NO SABES, NO LO INTENTES

No intentes sacar de la cabina de un ascensor a un adulto o a un niño que hubiera quedado encerrado, si no eres técnico idóneo en elevadores o personal especializado (por caso, bomberos) para atender este tipo de contingencias y emergencias.

EL ASCENSOR TAMBIÉN IMPLICA UN VIAJE…

EL ASCENSOR TAMBIÉN IMPLICA UN VIAJE...

¿Juan debe emprender un viaje en automóvil? Lo más probable es que tenga en cuenta una revisión técnica vehicular, para reducir riesgos de desperfectos mecánicos y de accidentes, de modo llegar -en tiempo y forma- a destino. Es una medida de prevención y de seguridad básica. ¿Juan debe trasladarse en ascensor hasta el vigésimo piso de un edificio y después retornar a planta baja? Si no se trata de un rascacielos de vertiginosa altura, juzga ese viaje como un periplo irrelevante, exento de eventuales incidentes, en el que poco importan las condiciones técnicas del aparato.

PELIGROSO «PADRENUESTRO»

PELIGROSO "PADRENUESTRO"

Denominado «Padrenuestro» o «paternóster», el tipo de ascensor que muestran las imágenes que compartimos carece de la mayoría de las características fundamentales de los elevadores: nunca se detiene para los pasajeros y no tiene puertas ni botones en su interior ni en las distintas plantas a las que brinda servicio. De hecho, sus cabinas ni siquiera disminuyen la velocidad para permitir que los usuarios entren o salgan.

¿QUE VEINTE AÑOS NO ES NADA?

QUE VEINTE AÑOS NO ES NADA

Haber acumulado una antigüedad de veinte años importa para un ascensor estándar un signo de envejecimiento o, en términos de uso, un extenso recorrido en el complicado camino de sus condiciones de seguridad. Baste con observar que, a lo largo de dos décadas, un elevador habrá viajado aproximadamente 460.000 kilómetros.

MALAS COMBINACIONES

MALAS COMBINACIONES

En materia de ascensores, múltiples suelen ser las contingencias probables en términos de riesgos y distintas sus causas. Las que prevalecen se deben a la desventurada combinación del uso inadecuado del elevador (por desconocimiento, torpeza o indolencia) y de errores en el mantenimiento, derivados de servicios de conservación sin calificación técnico-profesional, seguramente baratos en el precio y caros en sus consecuencias.